En el capítulo de hoy, la Peregrina Alicia Morales nos describe cada paso que recorreremos a través del Camino Portugués. ¿Te animas a caminar esta etapa?
Temprano en la mañana y luego de un buen desayuno retomamos nuestro camino.
Nuevamente nos insertamos en el Camino Portugués interior, habíamos estado haciendo el Camino de la Costa para poder disfrutar de las Rías Baixas. Veremos muchos más Peregrinos lo cual hace que nuestro Camino crezca, las charlas ocasionales, los comentarios, las anécdotas, siempre rodeados de la naturaleza y de la Ría de Vigo con su vida de pescadores, de bateas repletas de mejillones, de mariscadores en un ir y venir continuo.
Esta etapa es un poco más cansadora que la anterior pues estaremos caminando sobre una antigua Vía Romana, cuyos empedrados nos guiarán cuesta arriba entre bosques. Cruzaremos varios cursos de agua con puentes, en algunos casos Medievales o con gran historia en la independencia de los franceses.
Llegar a Pontevedra implica ingresar a uno de los Cascos históricos mejor conservados de Galicia. Visitar sus iglesias, especialmente la de la Virgen Peregrina, es algo que nos quedará en el recuerdo sin lugar a dudas. En el casco histórico tenemos el Museo de Pontevedra, la Plaza de Ferreira, la Basílica de Santa María A Grande.
Luego de alojarnos y descansar un poco de nuestra jornada, nos reuniremos para caminar por esas callejuelas, nos reencontraremos con otros peregrinos, seguramente, esos que el Camino nos ha regalado cruzar. La Plaza de Ferreira con sus barcitos, restaurantes y una atmósfera intimista, es el lugar ideal para una cena entre amigos, para revivir la jornada, para compartir lo que cada uno experimentó.
Los hórreos cada vez más presentes en el Camino, los Cruceiros y los mojones, junto con esos pequeños caseríos que atravesamos van dibujando en nuestra memoria el Camino de Santiago.
Un momento de reflexión para todos, programar nuestro siguiente día agradeciendo lo ya vivido pero soñando lo que viviremos. El Camino se hace de cada día.
Buen Camino!